Cinco emprendedores sociales lanzan proyectos donde confluyen la creatividad, el optimismo y la búsqueda de un mundo más justo y sostenible.
¿Qué define a un emprendedor social? O, mejor dicho: ¿qué lo diferencia del resto de empresarios? «La idea base de un emprendedor tradicional es servir a unos mercados que puedan comprar un producto o servicio determinado para obtener un beneficio para él y sus inversores. En cambio, el valor de un emprendedor social está relacionado con una transformación positiva en la sociedad. En el acto de creación, comparten muchos aspectos con los emprendedores ordinarios, pero difieren en su misión fundamental. El motor de la creación de una empresa social es el impacto social, no la aventura empresarial».
El periodista canadiense David Bornstein, especializado en escribir sobre innovación social, acaba de publicar Cómo cambiar el mundo, donde define el emprendimiento social como «un fenómeno nuevo que se extiende por el planeta, gente que pone toda su experiencia al servicio de proyectos que pueden cambiar radicalmente la comunidad en la que viven y todo esto sin ánimo de lucro».
Rescatamos cinco iniciativas que son buen punto de partida para lograr esas transformaciones sociales.
REPINTAR EL NORTE DE ESPAÑA
Walk & Hórreo
Nacho Gias tuvo que irse al extranjero para aprender lo que es un hórreo. El arquitecto madrileño no había oído hablar en su vida de esa pequeña construcción de piedra y madera típica de regiones como Asturias o Cantabria, elevada sobre cuatro columnas de piedra y dedicada fundamentalmente a guardar el grano. «En mis viajes por Londres o China, me di cuenta de que el hórreo despierta mucha curiosidad; la gente me preguntaba si había visto uno. Así que me puse a investigar para ver de qué se trataba».
Le atrajo su estética y fue a verlos en persona a Asturias. «La calidad arquitectónica es interesante, tienen potencial turístico. Y muchos estaban abandonados o en desuso», dice Gias.
Los hórreos surcan las comunidades de León, Cantabria, Asturias y Galicia, por lo que muchos coinciden con los senderos del Camino de Santiago. «Tienen el tamaño perfecto para uno o dos peregrinos». Y el arquitecto, a sus 36 años, supo de pronto cuál sería su primer gran proyecto: restaurar hórreos, convertirlos en pequeños alojamientos para pernoctar y darles una segunda vida. «Me atrajo este proyecto porque tiene una base ecológica: partimos de construcciones ya hechas, de modo que el consumo de materiales es muy pequeño. Además, mi idea es usar siempre materiales locales, a ser posible, reciclados. Para el aislamiento del suelo y el techo, usamos materiales orgánicos como celulosa. Y las paredes están acristaladas para aprovechar el calor del día, con una celosía de madera que se cierra por la noche, respetando en la medida de lo posible la estructura original del hórreo»
Un aspecto que Gias se toma muy en serio. Tanto, que por eso no han materializado todavía su primera obra. «Contactamos con el dueño de un hórreo para que nos dejara intervenirlo. Pero quería que aumentáramos el tamaño y que incluyéramos una chimenea. Ese no es el concepto, sino respetar la construcción tradicional. Porque aquí de lo que se trata es de evitar que los hórreos desaparezcan por abandono, de una forma ecológica y respetuosa». El proyecto, por tanto, vuelve a la casilla de salida y está en fase de financiación por crowdfounding. De momento, ya tienen la app Walk & Hórreo, con la que se puede localizar dónde se encuentran, los que quedan y contactar con sus dueños.
ZAPATILLAS QUE NO DEJAN HUELLA
OATS
El calzado es un objeto muy contaminante, sobre todo las deportivas. Los materiales sintéticos de las suelas, las colas o los colorantes son materiales escasamente biodegradables, de modo que, cuando acaban su vida útil y llegan a un vertedero, entran en conflicto directo con el medio ambiente. El diseñador holandés Christian Maats dio hace tres años con una idea que supera incluso al proceso de reciclaje más exhaustivo: sus zapatillas OATS, en lugar de tirarse a la basura una vez acabada vida útil, se plantan. Y a los pocos meses, florecen. Y, un poco después, se biodegradan con la tierra que las rodea y desaparecen.
Están producidas con materiales naturales como hilo de cáñamo, corcho, bioalgodón, plásticos biodegradables certificados, blanqueadores sin cloro y otros componentes que no resultan tóxicos para el medio ambiente. Incluyen semillas de flores en su suela de corcho y en el interior de la lengüeta.
«OATS nació con la idea de que un objeto que llega a su fin debería llevar semillas para un nuevo comienzo. En otras palabras: la idea del ciclo de la vida», dice su fundador. «Estamos demasiado acostumbrados a comprar cosas, usarlas y tirarlas, sin caer en la cuenta de que eso que estás desechando no desaparece, sino que empieza otro ciclo. Por eso hemos inventado unas zapatillas que trasladen a la gente la experiencia de crear una nueva vida». Algunos de sus modelos, como los infantiles, llevan semillas de pino, «un árbol que puede crecer en casi toda Europa», dicen.
Durante una conferencia, Maats dijo que para ser un emprendedor social y disruptivo hay que tener siempre «un optimismo naíf». Y añadió: «Es la única manera de seguir adelante aunque tu entorno te diga que es una locura».
EL AGUA ES PARA TODOS
Faircap
Hoy, en torno a mil millones de personas en todo el mundo carecen de acceso
a agua potable. Mauricio Cordova, un peruano afincado en Barcelona, puede tener la solución. Ha desarrollado un pequeño filtro de agua antibacteriano portátil que podría ser acoplado a cualquier botella de plástico. Su utilidad: poder beber con seguridad de un arroyo, un lago o un estanque de agua, sin miedo a que esté contaminada.
El ingeniero ha fundado Faircap, una empresa que ahora mismo trabaja en que el filtro sea imprimible en 3D, por lo que su fabricación costaría menos de un euro.
«Esta es la opción de los sectores menos favorecidos de poder beber en cualquier parte, también en áreas rurales», explica Cardova. «Al ser el filtro muy pequeño, puedes meterlo en cualquier botella. Y bebes directamente de ahí, es muy instantáneo, muy rápido, con costes bajos y eficiente». Su idea es que Faircap sea un proyecto colaborativo. «Es una iniciativa abierta, de manera que quien quiera puede participar: diseñadores, ingenieros… Mi idea es producirlo a gran escala para que pueda estar disponible en cualquier parte del mundo».
Actualmente en fase de financiación vía crowdfunding, este proyecto social también tiene una vertiente ecológica. «No solo es una solución para el problema del agua. También para el problema de los residuos de plástico. Al año se tiran 200 millones de botellas en todo el mundo, pero con mi sistema se fomentaría su reutilización», asegura el emprendedor.
CUÉNTAME UNA HISTORIA
Teatro Accesible
Que un ciego o un sordo puedan disfrutar de la misma obra junto a un público que no tiene ninguna discapacidad. Ese el leit motiv de Teatro Accesible, un proyecto impulsado por la plataforma especializada en subtitulado, lengua de signos y demás soluciones de acceso a la comunicación Aptent y la Fundación Vodafone. Un caso claro de que la tecnología es una vía eficaz para avanzar hacia un mundo más justo.
Una de sus portavoces, Beatriz Lerones, nos cuenta la evolución de esta iniciativa. «Hasta mayo del año pasado ofrecíamos los servicios de forma artesanal, con pantallas de subtítulos, pero ahora incorporamos soluciones tecnológicas para facilitarles la comprensión y que al mismo tiempo disturbe lo menos posible al resto del público».
Han diseñado un receptor que es como una pequeña petaca conectada a un collar de inducción magnética. Esto permite que el sonido les llegue mucho más limpio y claro, sin ruidos parásitos, a las personas con dificultad de oído. También cuentan con un sistema con receptor y auriculares para la audiodescripción, de manera que se aprovechan los silencios entre los diálogos para explicar a los invidentes lo que está sucediendo en el escenario. Ahora, en Teatro Accesible han ido más allá y han convertido este sistema en una aplicación de móvil. «Por medio de ella pueden leer los subtítulos o acceder a la audiodescripción. Así se abaratan mucho los costes».
Gracias a Teatro Accesible, las personas con discapacidad no tienen que ir necesariamente a funciones especiales para ellas, sino que pueden compartir el espectáculo con el resto del público. «En nuestro proyecto hay un componente de integración», dice Lerones, «las personas con discapacidad hacen vida normal compartida con el resto de la sociedad».
EL MÓVIL MÁS INTELIGENTE
Fairphone
«Si no lo puedes abrir, no es tuyo». Es el lema de Fairphone, una firma de móviles holandeses que, en contra de la tendencia de mercado, contrarresta la obsolescencia. El propietario lo puede desmontar casi por completo y acceder a todos sus componentes (pantalla, procesador, batería…) para cambiar fácilmente el que esté averiado. Además, esto permite un reciclaje mucho más detallado y eficaz.
Pero su principal vertiente social es otra: es el primer smartphone de comercio justo, porque la empresa controla toda la cadena de fabricación. Contiene minerales como el cobalto, pero extraídos de minerías certificadas que no están relacionadas con ningún conflicto de la República Democrática del Congo. De esta manera, garantizan que esos materiales no financian grupos armados ilegales ni provienen de la explotación.
Bas van Abel, fundador de la firma, aseguraba en una entrevista concedida al medio de divulgación científica Sciensemuseum: «La demanda de algunos materiales específicos de los smartphones ha generado muchos problemas en República Democrática del Congo. El dinero obtenido con minerales preciosos como el tantalio se ha usado para financiar grupos armados de las guerrillas en conflicto». Además, la firma se centra en una sola región congoleña, Kivu del Sur, y así puede formar al sector de extracción, aumentar el empleo de los mineros de pequeña escala y contribuir al desarrollo económico y la estabilidad regional.
El proceso de fabricación se realiza en una fábrica donde han establecido un fondo especial para asegurar los salarios dignos de los trabajadores. Y es transparente, no solo en su diseño (las carcasas de algunos modelos son translúcidas): incorpora una lista de materiales que se pueden rastrear uno a uno, para garantizar que su procedencia siempre es de lugares donde se respetan los derechos humanos.