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Yo salgo a las seis. Conciliación laboral

Yo salgo a las seis. Conciliación laboral

Carmen Bustos es CEO de Soulsight, una consultoría de estrategia y diseño con sede en Madrid. Son todavía muchas las dificultades, creencias y barreras que limitan un escenario donde sea el propio trabajador quien gestione su tiempo, sus vacaciones e, incluso, el lugar desde el cual quiere trabajar.

Parece un hecho que el trabajo para toda la vida se acabó y, con él, muchos de los paradigmas relacionados. Una carrera profesional brillante ya no es directamente proporcional al número de horas que uno se pase sentado delante de un ordenador. Lo antiguo da paso a lo nuevo. La delgada línea entre trabajo y vida personal es cada vez más difusa, y la tecnología afortunadamente nos facilita la vida para resolver cualquier tema allá donde queramos estar.

El talento tiene nuevas inquietudes profesionales y personales. Desde saber antes de involucrarse en un proyecto qué valor le va a aportar una organización y ver cómo es capaz de seguir aprendiendo, hasta contar con la libertad y la exibilidad para organizar otros aspectos importantes de su vida.

Cuando hablamos de conciliación, inmediatamente pensamos en los aspectos más mercantilistas, relacionados la mayoría de las veces con la e ciencia y los gastos, sin pensar que se trata de la inversión más importante que podemos hacer las organizaciones para nuestra sociedad. No solo desde el punto de vista social, sino desde el punto de vista de progreso económico.

Pero, a día de hoy, son todavía muchas las dificultades, creencias y barreras que limitan un escenario donde sea el propio trabajador quien gestione su tiempo, sus vacaciones e, incluso, el lugar desde el cual quiere trabajar.

Por un lado, la famosa maternidad, que parece que solo afecta a las mujeres y que actualmente se soluciona reduciendo jornadas, salarios y responsabilidad, sin tener en cuenta que también debería contemplar el rol del padre. En este tema las soluciones tradicionales no son las más beneficiosas para ninguna de las partes, ni para el empleado, ni para la compañía.

Por otro lado, el cuidado de los mayores. Según la organización estadounidense AARP, el 61% de los que cuidan a un familiar mayor tienen una media de 50 años y, además de conciliar esta situación con su empleo, tienen que ocuparse de sus hijos. Es la conocida generación sándwich, que en los próximos cinco años va a seguir creciendo de manera importante.

Pero el gran reto de la conciliación también afecta a los jóvenes sin cargas familiares, que quieren disponer de su tiempo e invertirlo en otras actividades. Fomentar un entorno de trabajo por resultados, primando los objetivos frente al presentismo, comienza a ser una realidad que empiezan a aceptar algunas organizaciones que entienden que la sostenibilidad de su negocio depende única y exclusivamente del talento que sean capaces de atraer.

Mantengámonos firmes ante el desafío. Seamos lógicos a la hora de priorizar y pongamos las nuevas herramientas y posibilidades al servicio de las personas y su bienestar y no al revés. Confiemos en la responsabilidad de manera bidireccional. Será una parte de la herencia que dejemos a las generaciones que llegan.