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Las compras online también contaminan

Las compras online también contaminan

Acceder a Internet, seleccionar un artículo y, clic, comprarlo. En unos pocos días el objeto en cuestión llegará a casa. Parece una manera fácil y eficiente de comprar, ¿verdad?

Pues resulta que comprar por Internet también contamina. Y más de lo que imaginábamos. Diversos estudios muestran que la tendencia in crescendo de las compras online ha aumentado el número de camiones de reparto en las carreteras, con el consiguiente crecimiento de las emisiones de gas de efecto invernadero. De hecho, el último informe de la revista estadounidense International Journal of Physical Distribution & Logistics Management revela que el impacto de comprar 25 objetos en una tienda es casi igual que comprar uno solo online.

Es cierto que se ha reducido el número de viajes personales a las tiendas, pero no el número de compras. Según M. Sanjayan, presidente de la organización Conservación Internacional e investigador de la Universidad de UCLA (California), el 79% de los estadounidenses compra online, lo que ha hecho que el servicio de entrega a domicilio del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) haya aumentado un 65% entre 2009 y 2016.

En la sociedad del consumo y de la inmediatez, las compras online se presentan como la manera más fácil y rápida de adquirir lo que se nos antoje cuando queramos, sin importar de qué parte del mundo provenga. Productos que llegan a nuestras casas perfectamente embalados, dentro de envoltorios de plástico y hasta arriba de bolas de poliespan (o corcho blanco) que rellenan el paquete, amortiguando los golpes del producto y evitando que se dañe. ¿Cuán sostenible es esto? Si, además, queremos que el servicio sea más rápido y tener nuestra compra en el menor tiempo posible, aumentan el tráfico y las emisiones de CO2 –debido a la urgencia del comprador los camiones no salen cargados del todo y se duplica el número de transportistas–.

Así que, al gasto energético y las emisiones en el proceso de producción, ahora se suma el problema de contaminación de los crecientes repartos y devoluciones. En España, el e-commerce todavía no está tan extendido como en Estados Unidos, pero la tendencia también va en aumento y todas las grandes superficies están trabajando en la digitalización de sus servicios.

Alternativas para no contaminar con las compras online

¿Qué alternativas existen entonces al creciente consumo electrónico? Sanjayan propone desarrollar semáforos inteligentes por medio de sensores que minimicen el tiempo de los camiones de reparto parados u optimizar el tráfico, la circulación y las rutas de los vehículos. Además, lanza otra propuesta: ¿y si las empresas ofrecieran una opción que sea «entrega sostenible», de manera que el producto se entregue cuando la compañía haya llenado el camión hasta arriba, optimizando así el reparto?

Utilizar camiones con mayor capacidad de carga para distribuir más aprovechando el mismo recorrido, desarrollar vehículos más eficientes (como los que propone Tesla) o aumentar el reparto nocturno cuando el tráfico es menor, serían otras alternativas complementarias. El sistema de distribución tiene que cambiar hacia un nuevo modelo de movilidad más eficiente. Y aquí, además de las empresas, juegan un papel determinante los consumidores.